Última actualización: 5 febrero, 2020
El interés por la comida sana puede ser un cambio muy positivo en la vida de las personas, sin embargo y debido al auge del fitness y de diferentes tendencias alimentarias, el llevar una vida “sana” puede llegar a convertirse en una obsesión patológica.
Es innegable que, gracias a la gran cantidad de información a la que las personas tienen acceso en la actualidad, resulta mucho más fácil enterarse de las propiedades de los alimentos, del daño que pueden provocar algunos y de lo importante que es para la salud hacer buenas elecciones.
La ortorexia, como fue definida en el año 2000, es considerada un trastorno alimenticio pues las personas desarrollan una peligrosa obsesión con los alimentos que consideran correctos.
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¿Qué prefieren comer?
Las personas que sufren ortorexia comienzan por hacer una división minuciosa de los alimentos que consideran buenos y malos. Hay quienes, por ejemplo, no consumen algo sin estar seguros de que su cultivo fue orgánico, libre de plaguicidas o químicos.
En otros casos, se rechazan y eliminan del todo ciertos nutrientes como el gluten, los carbohidratos, las proteínas, las grasas, carnes o lácteos.
El detalle en todo esto es que no es casual o de vez en cuando, sino que realmente estas personas sufren y pueden llegar a padecer alteraciones orgánicas por su comportamiento.
Síntomas
Algunas señales que pueden indicarte que alguien cercano padece ortorexia son las siguientes:
- Preocupación marcada y constante por lo que van a comer.
- Compran los alimentos siempre en el mismo lugar o de la misma marca.
- Se niegan a ingerir alimentos en casas desconocidas o restaurantes que no han visitado con anterioridad.
- Sienten culpabilidad cuando comen un alimento que no hace parte de su selección de “comida sana”.
- Evitan las cenas, almuerzos o fiestas que no organizan ellos mismos.
- Evidencian pérdida de peso repentina o abrupta.
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Consecuencias
En las personas con ortorexia generalmente se evidencia un marcado desmejoramiento de la calidad de vida que puede incluso llevarlas al aislamiento social o la desnutrición.
También pueden parecer diferentes enfermedades y trastornos por prescindir de ciertos nutrientes fundamentales. Esto puede provocar avitaminosis y deficiencia de carbohidratos y proteínas.
Las alteraciones nerviosas también pueden presentarse debido a la tensión constante por la preocupación de estar infringiendo algún detalle de la alimentación.
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