8 culpables comunes de los antojos

8 culpables comunes de los antojos

Última actualización: 24 septiembre, 2020

Un antojo se puede definir como el “deseo apremiante e impulsivo de comer” y es algo que muchas personas experimentan en su día a día sin comprender muy bien los motivos que pueden detonar su aparición.

Lo primero que debes tener en cuenta es que los antojos son comunes pero no son normales y mucho menos algo con lo que irremediablemente tengas que convivir. Por ello es importante que aprendas a identificar la causa para poder trabajar en ellos y mitigarlos.

Pero, ¿por qué es importante prestar atención a los antojos? porque generalmente están orientados a alimentos específicos ricos en azúcar, en sodio o en grasas dañinas que pueden afectar tu salud y dificultar cualquier propósito de control de peso.

Además, al detectar y trabajar con los antojos te harás más consciente de las señales y necesidades de tu cuerpo, aprenderás a escucharte e inevitablemente mejorarás significativamente tu relación con la comida.

Los antojos pueden tener causas físicas, emocionales o culturales y en Viva mi Salud hemos reunido algunas de las más comunes:

1. Deficiencias nutricionales

Tu cuerpo está diseñado para funcionar día a día con una cantidad mínima de macronutrientes y micronutrientes, sin embargo en la actualidad muchas personas se encuentran sobrealimentadas (porque consumen muchas calorías) pero malnutridas.

Esta “malnutrición” es una de las principales causas de diferentes patologías, del sobrepeso y la obesidad, y también un detonante común de los antojos.

¿Por qué? Porque si tu dieta está repleta de alimentos con escaso valor nutricional, tu cuerpo siempre te pedirá más y más cantidad, aún cuando te sientas físicamente lleno.

2. Exceso de azúcares y carbohidratos refinados:

El azúcar y los carbohidratos refinados se descomponen rápidamente dentro de tu cuerpo ocasionando picos de glucosa en sangre que luego descienden con la misma velocidad. Esto ocasiona que sientas ganas de comer al poco tiempo de haberlos consumido.

En esta clasificación de alimentos se encuentran los dulces, los refrescos, el pan blanco, las galletas, y la bollería industrial, entre otros.

En su lugar prefiere siempre los carbohidratos enteros como los vegetales, las frutas, las legumbres y los cereales integrales.

Descubre también: Carbohidratos: los mejores y los que debes limitar

mujer comiendo postre

3.  Deshidratación

Es muy común que se confunda la sensación de sed con la sensación de hambre y por ello es importante que mantengas una adecuada hidratación a lo largo del día.

Cuando surjan los antojos puedes probar bebiendo un vaso de agua y esperando unos minutos. Muchas personas evidencian que al hacer esto, el deseo apremiante de comer desaparece.

Si te cuesta beber suficiente agua (alrededor de 8 vasos al día) prueba agregando zumo de limón o rodajas de fruta. Esto le dará un color y un sabor diferente que puede estimular su consumo.

4. Hambre emocional

“Hambre emocional” es un término que se refiere a aquellos momentos en los que acudes a la comida como herramienta para suprimir, calmar o evadir ciertos estados emocionales.

Esta alimentación emocional puede convertirse en un problema cuando la conducta se vuelve repetitiva y difícil de controlar, o cuando “comer” se constituye como el único mecanismo de afrontamiento emocional y se crea un estado de dependencia que puede resultar muy perjudicial.

Así que analiza si tus antojos aparecen con frecuencia cuando sientes ira, tristeza, celos, inseguridad, soledad o aburrimiento.

Descubre también: ¿Cómo diferenciar el hambre emocional del hambre física?

5. Recuerdos y asociaciones mentales

Muchas personas cargan con sus antojos desde la infancia y a menudo aparecen para recrear alguna experiencia placentera o positiva. Esto sucede porque al formar recuerdos, el cerebro almacena el evento junto con las emociones que lo acompañaron.

Veamos un ejemplo:

Daniela tenía pocos amigos en su colegio y sufría constantemente de bullying. Todos los días al llegar a casa después del colegio su madre la esperaba con un gran abrazo, una galleta y un vaso de chocolate. ¡Este era su momento favorito del día!.

Hoy Daniela tiene 35 años y cada vez que tiene un día muy pesado cargado de estrés, experimenta antojos que casi siempre están orientados a una galleta y un vaso de chocolate.

mujer eligiendo comida

6. Hábitos arraigados

Un hábito es un comportamiento aprendido que se repite regularmente sin esfuerzo hasta que se vuelve prácticamente “automático”.

En este sentido, si llevas 20 años de tu vida comiendo cada 3 horas porque culturalmente aprendiste a hacerlo así , es normal que te cueste cambiar este patrón. Es así como terminas comiendo por costumbre y no por hambre.⁣

Cambiar un hábito toma tiempo y requiere disciplina y compromiso con tu meta.

7. Desordenes hormonales

Una nutrición deficiente, una mala calidad de sueño o altos niveles de estrés pueden generar una cascada hormonal dentro de tu cuerpo que altera notablemente tus señales de hambre y saciedad, así como tus elecciones dietéticas durante el día.

El cortisol la leptina y la grelina son solo algunas hormonas que cuando están en desequilibrio pueden redundar en una mala regulación del apetito y un aumento de los antojos.

8. Sobreexposición publicitaria:

Vas por la calle y ves una valla de comida rápida, prendes el televisor y ves un comercial de helados, entras a Facebook y ves un banner de donuts… la industria alimentaria es muy astuta y sabe exactamente como hacerte desear tus productos.

De hecho, la sobreexposición a la publicidad alimentaria es uno de los detonantes más comunes de los antojos.

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