María del Mar Morales
Health coach - Esp. en Nutrición
Última actualización: 7 julio, 2020
Comprar verduras congeladas puede resultar a menudo una opción conveniente y más asequible, sin embargo muchas personas se preguntan si realmente es una práctica compatible con un alimentación saludable.
Esta inquietud surge principalmente porque muchas organizaciones y expertos en salud recomiendan limitar al máximo los alimentos congelados pre-cocinados como las pizzas, las hamburguesas y las frituras, pero ¿esta recomendación aplica también para los vegetales?
Lo cierto es que desde el punto de vista nutricional, las verduras congeladas tienen características similares a las verduras frescas y esto se debe principalmente a que se congelan justo después de la cosecha, en su punto preciso de maduración.
Un estudio científico publicado en PubMed mostró que el almacenamiento congelado de verduras por hasta 2 meses no afectó negativamente la composición de fitoquímicos, por lo que se considera que no tienen un valor nutricional más bajo que los frescos.
Otra investigación publicada en el mismo portal encontró pequeñas diferencias que revelan que la congelación puede afectar el contenido de nutrientes específicos en ciertas verduras. Por ejemplo, las zanahorias y espinacas congeladas son más bajas en betacaroteno que las frescas.
Sin embargo, generalmente el contenido de micronutrientes presente en los vegetales congelados es comparable que el de sus contrapartes frescas.
Teniendo este en cuenta, algunos beneficios de comprar verduras congeladas son:
- Conservan la mayor cantidad de propiedades nutricionales
- Tienden a tener una vida útil más larga
- Son a menudo más económicas
- Están disponibles durante todo el año, mientras que las verduras frescas se limitan por temporadas.
- Pueden ahorrar tiempo al momento de la preparación (ya vienen limpias y cortadas)
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¿Cómo comprar y preparar verduras congeladas?
- Al momento de comprar verduras congeladas, revisa cuidadosamente la etiqueta de ingredientes y asegúrate de que no contengan aditivos, sal o azúcar añadida.
- Después de comprarlas, guárdalas en el menor tiempo posible en el congelador de tu casa para no romper la cadena de frío.
- No las descongeles antes de su preparación. Agrégalas directamente al proceso de cocción.
- Puedes prepararlas de diferentes maneras: salteadas, asadas, hervidas, a la parrilla o al vapor. De la misma forma en que sueles usar tus verduras frescas.
- Si te sobraron verduras, asegúrate de sellar bien el empaque antes de devolverlas al congelador.
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